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¡Qué Guama!

De las cosas chirriadas y esta. Nos le subieron al pasaje.

¡Sí señores!  $2.000 nos cuesta usar el trasporte público de Bogotá; y sí algunos pensarán: ¡Ay ya otro más quejándose de Bogotá y trayendo más problemas que soluciones! pero no chinitos, no es un problema más, es un jaloncito de orejas para que veamos qué pasa más allá.

 

¡Acomódese bien y ponga atención!

 
En Bogotá hay 7.878.783  habitantes según el último censo que hizo el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas). De estas 7.878.783 personas que viven en Bogotá hay 764.241 personas que están desempleadas, es decir que tenemos 7.114.542  personas empleadas en Bogotá, pero de esas personas que están empleadas 3.752.272, que son más de la mitad, ganan el mínimo, que como usted bien sabe es de $689.454.

 

O sea que una persona que tiene el salario mínimo, gasta diarios $4.000 de su casa al trabajo y del trabajo a la casa; semanalmente serian 20 mil pesos y eso contando que trabaje de lunes a viernes. Pero bueno, 20 mil pesos que en el mes se convierten en $80.000 pesos ¿Ni mucho verdad?  pero recuerde que esos ochenta mil pesitos los tienen que multiplicar por los 3.752.272 millones de personas que cuentan con el salario mínimo, eso significa que… ¡Así es!   Si ya hizo la cuenta pudo rectificar  con cuánto dinero se queda el estado. 

 

Y uno no vería tan berraco el problema si de toda esta platíca que se están cogiendo nuestros mandatarios la utilizaran para generar empleo, arreglar huecos,  remendar dañitos, contribuir en la salud y seguridad de Bogotá; Pues uno pensaría  ¡Que carachas!  que le suban, al fin y al cabo los beneficios se están viendo y Bogotá cada día tiene progreso. Pero ¡NO!  es todo lo contrario, con nosotros aplica esa tal “ley del embudo”, todo para ellos nada para nosotros, aquí ¡Na Nay cucas! y perdió, bueno perdimos.

 

¡Jarto, cansón, aburridor! , empieza a ser el día en nuestra ciudad, el salir y encontrarse con problemas de seguridad en el trasporte: el que me robó, el que me tocó, el que me insultó... esto ya pasa a ser estresante y osea que además de que nos roban, nos dejan la ciudad en peores condiciones; nos causa estrés en nuestros recorridos rutinarios y tenemos problemas económicos. Ahora son 4 problemas que debemos cargar de una cosita sin sentido ¿no?, y es que es un calvario, parece como una penitencia que nos ponen en Guadalupe o Monserrate.

 

Debemos modificar conductas, aprender a ser buen ciudadano y querer a Bogotá; empezar a sentirla como nuestra, sentir que si está mal ella estamos mal todos, es nuestra casa y la casa se limpia se asea todo el tiempo, se  tiene como un espejito para evitar las malas lenguas y, en este caso, hacer que respeten la capital. Y ya que está tan chirriada, ayudémosla, no tiremos basura, no gritemos en trancones, demos sillas azules, rojas, verdes... ayudemos al otro, mirémoslo con otros ojos, modifiquemos pequeñas conductas, unámonos para que cuando nuestros “honorables” mandatarios tengan la maravillosa idea de volver a subirle al transporte todos nosotros pongamos un alto a semejantes barbaridades. 

Así que ojo pues que no es una crítica más para Bogotá, es un jalón de orejas para que nos pongamos pilas y mejoremos a nuestra bacatá adorada. ¡Aquí nadie esta caído del zarzo!  o ¿sí?

                                   

 

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